Robert Allen Zimmerman, quien se hace llamar
Bob Dylan en el medio artístico y musical, es un cantante, músico, poeta y compositor estadounidense. Nació en Duluth, Minnesota, Estados Unidos, el 24 de mayo de 1941. Comenzó su carrera musical a principios de los años sesenta como cantautor de folk -género musical que destaca por la defensa de las tradiciones culturales-, en el que compuso canciones que resultaron muy representativas de esa época como
“Blowin' In The Wind” y
“A Hard Rain's A-Gonna Fall", piezas sobresalientes por sus letras de protesta social. A mediados de la década optó por la música rock, dentro de la que hizo aportes significativos a partir de su experiencia con la música tradicional.
Es considerado por seguidores, analistas conocedores de la música rock y algunos críticos literarios, como uno de los creadores emblemáticos de la música popular de influencia occidental de las últimas seis décadas.
Entre los muchos premios y reconocimientos que ha recibido en su dilatada, fructífera y exitosa carrera artística y musical, destacan el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Princeton; un Oscar y diversos premios Grammy; el Lifetime Achievement Award, como reconocimiento a su trayectoria artística; el Comendador de la Orden de las Artes y Las Letras Francesas; el premio Príncipe de Asturias y el premio Nobel de Literatura.
De diferentes versiones, la más extendida es que fue un homenaje al poeta americano Dylan Thomas; mientras otra deja entrever que su primer seudónimo artístico habría sido Dillon, escogido por su entonces novia Echo Helstrom, en honor al héroe de la serie televisiva de vaqueros Gunsmoke, Matt Dillon; o por los Dillon, una de las principales familias de Hibbing, Minesota, donde Bob Dylan pasó parte de su infancia. Al llegar a Nueva York en 1961, el cantante comenzó a hacerse llamar Dylan y ya conocía la obra del referido poeta.
En una entrevista el cantautor declaró que había estado influido por Dylan Thomas al momento de definir su nombre artístico: “Había visto algunos poemas de Dylan Thomas. La pronunciación de Dylan y Allyn era similar. Robert Dylan. Robert Allyn. La letra D tenía más fuerza. Sin embargo, el nombre Robert Dylan no era tan atractivo como Robert Allyn. La gente siempre me había llamado Robert o Bobby, pero Bobby Dylan me parecía cursi, y además ya estaban Bobby Darin, Bobby Vee, Bobby Rydell, Bobby Neely y muchos otros Bobbies. La primera vez que me preguntaron mi nombre en Saint Paul, Minesota, instintiva y automáticamente solté: Bob Dylan”.
Suele decirse que en la formación de los poetas, compositores, músicos y artistas contribuye, en mayor o menor medida, la geografía, entorno y ambiente. Bob Dylan vivió en un medio rural, conoció de primera mano la música tradicional americana de origen europeo; se crio en las colinas de hierro Mesabi, Hibbing, al oeste del Lago Superior. En una ocasión el cantante declaró: “El pueblo en el que crecí estaba totalmente apartado del centro de la cultura. Estaba fuera de los márgenes del momento. Tenías todo el pueblo para vagabundear. Simplemente había bosques, cielo, ríos y corrientes, invierno, verano, primavera y otoño”. Es muy probable que ese medio haya influido en su obra musical de los primeros años y de siempre.
Perteneciente a una familia de tradición judía, Bob Dylan tuvo por padres a Abram Zimmerman y Beatrice ‘Beatty’ Stone; sus abuelos por ambos padres habían emigrado a Estados Unidos a principios del siglo XX, procedentes de Europa del Este. Desde muy pequeño Bob mostró su inclinación hacia la música y la poesía, también aprendió a tocar guitarra, piano y armónica. Pasó gran parte de su juventud escuchando la radio, primero música country y blues; luego rock and roll.
En la escuela superior de Hibbing formó varias bandas, como The Shadow Blasters, que no duró mucho; y The Golden Chords, en esos grupos interpretaba versiones de canciones de Little Richard y
Elvis Presley. Por ese entonces declaró que soñaba ser parte de la agrupación de Little Richard.
A los dieciocho años empezó a estudiar en la Universidad de Minnesota, donde se acercó más a música folk y conoció la canción protesta o de compromiso, como se le denominaba en ese entonces. Solía asistir a sitios nocturnos de música y logró actuar en algunos. El mismo año 1959, usando el seudónimo de Elston Gunn, acompañó en dos conciertos a Bobby Vee en el piano y con las palmas.
Bob Dylan abandonó definitivamente los estudios universitarios para dedicarse a la música. En 1961 se mudó a la ciudad de Nueva York, en su país natal. Allí empezó a cantar en algunos cafés donde se reunían seguidores del folk; fue así como consiguió llamar la atención de importantes y admirados cantantes de ese género, que en poco tiempo lo admitieron como uno más entre ellos.
Con los instrumentos característicos de la música folk: guitarras, banjos, tambores y armónicas, los intérpretes de ese género, a comienzos de la década del sesenta, estaban en sintonía con los defensores de los derechos civiles y contra la guerra de Vietnam. Músicos como
Pete Seeger, el trío PPyM o Peter, Paul and Mary; y la cantante
Joan Báez, junto con otros jóvenes comprometidos, en su mayoría blancos de clase media urbana, estaban convencidos de que con sus interpretaciones podían enfrentar lo peor del capitalismo de la época: consumismo, injusticia, desigualdad social, doble moral y guerra. En las letras de sus canciones Bob Dylan expresaba, con una poesía de alto vuelo, según opinión calificada, un mensaje que revaloraba la música popular. Sus canciones de protesta, con un sentido más elevado, constituyeron un lenguaje con el que mucha gente se sentía representada para expresar su sentir sobre temas cotidianos. Por eso fue calificado como la voz de su generación.
Sus primeros álbumes fueron solistas, solo para voz, guitarra y armónica; sin embargo, en noviembre de 1962 grabó con una banda el sencillo
“Mixed Up Confusión”, apoyado por Columbia Records; esa pieza no tuvo ninguna repercusión y fue excluida del disco recopilatorio, editado poco más de veinte años después.
De Bob Dylan se escribió en 1961, una nota favorable en The New York Times, eso le facilitó el camino para sus primeras grabaciones pues, al darse a conocer más, la discográfica Columbia Records le ofreció respaldo para grabar su disco
“Bob Dylan”. El álbum salió al mercado al año siguiente con canciones de música folk y blues, además de dos temas de su autoría. En ese trabajo se observa claramente el estilo derivado de mezclar música tradicional, especialmente el folk de origen europeo, con el blues afroamericano, además de plasmar en las letras la profundidad de su cosmovisión.
Hay consenso, entre distintos críticos y conocedores de la obra de Bob Dylan, en que cuando inició su carrera, a comienzos de los años sesenta, estuvo fuertemente influenciado por la denominada música folk americana -en general referida a la música tradicional, la que ha llegado al presente a través de generaciones, de familias o grupos folclóricos, con orígenes que podrían rastrearse en lugares tan distantes como Gran Bretaña, Europa o África-, en particular recibió influencia de dos músicos y cantautores estadounidenses: en la música folk Woody Guthrie y en el blues Robert Johnson. De esa música, el talentoso cantautor hizo mezclas que se realzaron con la profunda lírica de sus composiciones, la afamada
“Blowin' In The Wind” da cuenta de ello: música todavía tradicional pero con una letra muy potente y de gran impacto. Es por lo que se llegó a decir que Bob Dylan contribuyó, en gran medida, a la revitalización del folk americano.
Sin embargo, a mediados de la década, el estilo del cantante se modificó significtivamente; también su imagen personal cambió en gran medida: pasó de un destacado y muy creativo cantautor de música folk, con su vestimenta típica con pantalones vaqueros y camisa a cuadros, a un intérprete pop y folk rock, con pelo largo, lentes oscuros y ropa negra incluidos; el look característico de los seguidores de
The Beatles. El sencillo,
“Like A Rolling Stone”, publicado por Bob Dylan en julio de 1965, obedece a ese cambio o, de manera más acertada, a esa transformación.
Ese homónimo disco debut, publicado en marzo de 1962, con canciones en géneros folk, blues y góspel, fue grabado en Nueva York en muy poco tiempo, entre el 20 y el 22 de noviembre del año anterior; incorporó tres temas sobre el final de la vida y la muerte:
“In My Time Of Dying”, “Fixing To Die” y
“See That My Grave Is Kept Clean”. Además de material con música folk, blues y góspel, incluyó dos canciones del propio Bob Dylan:
“Song To Woody” y
“Talkin´ New York”. En general, el álbum no tuvo mucho éxito comercial.
Entre finales de 1962 y principios del siguiente año, Bob Dylan realizó más de diez grabaciones en las que optó por utilizar seudónimos; es el caso Blind Boy Grunt, como se hizo llamar cuando grabó para Broadside Magazine, una revista y sello discográfico de folk. También apeló al apodo Bob Landy, para tocar piano en The Blues Project, una antología publicada por Elektra Records un tiempo después; y a Tedham Porterhause, cuando interpretó la armónica en un álbum del músico y cantante estadounidense de música folk Ramblin´ Jack Eliott. En ese mismo año firmó un contrato con el empresario Albert Grossman, quien pasó a ser su representante por los siguientes ocho años.
El prolífico y talentoso compositor pudo llegar más rápido a un público más amplio, porque no pocas de sus primeras canciones fueron interpretadas por otros cantantes; fue el caso de Joan Baez, que lo protegió durante esos primeros años; también lo ayudó en su proyección nacional e internacional, al invitarlo a sus shows donde ambos llegaron a interpretar las composiciones de joven cantautor. Gracias a ella pudo ser invitado al Newport Folk Festival, Rhode Island, Estados Unidos, en las ediciones de 1963 a 1965.
En 1963 publicó su segundo disco,
“The Freewheelin’ Bob Dylan”, que fue un gran éxito. Tom Petty y su banda The Heartbreakers respaldaron al cantautor en ese proyecto. El álbum, en estilo folk rock, ganó el Grammy Premio Del Salón De La Fama. De las canciones de ese álbum destaca
“Blowin’ In The Wind”, que fue convertida muy pronto, sin exageración, en un himno generacional: se cantaba en las manifestaciones pacifistas y a favor de los derechos civiles de la población afroamericana; también fue rápidamente traducida a diversos idiomas. Una estrofa memorable es la siguiente:
How many roads must a man walk down
Before you call him a man?
Yes, ’n’ how many seas must a white dove sail
Before she sleeps in the sand?
Yes, ’n’ how many times must the cannonballs fly
Before they’re forever banned?
The answer, my friend, is blowin’ in the wind
The answer is blowin’ in the wind
Esa estrofa y la siguiente traducción al español ha sido extraída del la página El Traductor de Rock, que se consigue en Internet:
¿Cuántos caminos tiene que recorrer un hombre
para poder ser llamado tal?
¿Cuántos mares debe surcar una paloma blanca
antes de poder dormirse en la arena?
¿Cuánto tiempo tendrán que volar las balas de cañón
antes de ser prohibidas para siempre?
La respuesta, amigo mío, está volando en el viento.
La respuesta está volando en el viento.
Esa canción fue una de las primeras en versionarse en castellano, el músico y periodista español Ricardo Cantalapiedra utilizó la música para componer
“Saber que vendrás”, canción que con frecuencia se escucha en algunas misas católicas.
Como afirma el poeta, crítico y escritor venezolano Gabriel Jiménez Emán: “El pop-rock angloamericano surgió inicialmente, antes de convertirse en dispositivo comercial, como protesta juvenil y proletaria en la sociedad de bienestar de la posguerra... La poesía ruda, coloquial y directa de cantores vagabundos como Bob Dylan criticaba las mezquinas formas de la vida burguesa”. Para este escritor las canciones de Bob Dylan son verdaderos poemas que, como baladas de extensas letras, expresan, con base en los elementos tradicionales, “una nueva lírica musical de raíces populares”.
Bob Dylan, con cierto reconocimiento internacional, publicó su tercer disco en 1964; el título
“The Times They Are A-Changin”, también bautiza una de las canciones que lo integran; es, al igual que los anteriores trabajos discográficos, la expresión del sentir de una época. Al respecto dice el poeta Giménez Emán: “El folk era la forma más directa de comunicarse el cantante con su medio ambiente, esto es la cultura underground, la canción políticamente comprometida. La aparente dulzura y suavidad de Dylan es un arma de doble filo pues no se queda en lo estetizante… Las letras acusan, atentan contra las creencias morales y religiosas, anuncian la transformación de los tiempos”.
La imagen de Bob Dylan, como cantautor comprometido y relevante figura de la canción de protesta, cambió con su siguiente disco, editado en 1965 con el título
“Highway 61 Revisited”, también con respaldo de Columbia Records. La canción
“Like A Rolling Stone”, como su nombre lo indica, es una pieza interpretada con todos los elementos característicos del rock and roll; fue el comienzo de una nueva y definitiva etapa musical de Bob Dylan: la de músico roquero; pero con la diferencia de que las letras de sus canciones tenían una profundidad y valoración como no había ocurrido antes con el género rock.
Por supuesto que ese cambio no fue del agrado de muchos de los seguidores de la música folk que, al parecer, no comprendieron o no avalaron, la propuesta musical de Bob Dylan para ampliar la capacidad expresiva del folk, al interpretarla con otros instrumentos, entre ellos guitarra eléctrica y amplificadores. Tampoco vieron con buenos ojos el nuevo estilo musical ni las variantes en su visión del mundo que el cantautor comenzaba a mostrar; hasta su imagen personal se modificó, al presentarse con un look como The Beatles. En virtud de esa incomprensión, el de 1965 sería el último Festival de Folk de Newport al que Bob Dylan sería invitado.
Las interpretaciones de Bob Dylan en ese festival de 1965 fueron con banda eléctrica y a todo volumen -insoportable para los fanáticos del folk-, tres fueron los temas:
“Maggie’s Farm”, “Tombstone Blues” y
“Like A Rolling Stone”. Al Kooper, el organista del grupo, reconoció más adelante que la primera de esas piezas la interpretaron con el compás cambiado y fue “una especie de desastre”.
“Like A Rolling Stone” es, en opinión de algunos críticos especializados, la mejor canción en género rock del siglo XX; pero, irónicamente, nunca ocupó el puesto número uno.
Solo un trabajador incansable, apasionado y genial cantautor como Bob Dylan, podía producir el material discográfico, en cantidad y calidad, que sacó durante esos primeros años. Es así como a finales de ese exitoso y controversial año de 1965, su popularidad era casi igual como compositor que como intérprete; en apenas quince días sacó a la luz, con su firma, cerca de ochenta discos sencillos con versiones de canciones.
Durante esa prolífica etapa también produjo, entre mayo de 1963, con
“The Freewheelin’ Bob Dylan”, a mayo de 1966 con
“Blonde On Blonde”, seis discos, de los cuales uno fue doble; pero no solamente por la cantidad, sino por la calidad artística, esos álbumes fueron considerados por la crítica como seis de los trabajos discográficos de más impacto en la historia de la música popular. Los títulos son los siguientes:
“The Freewheelin´Bob Dylan”, 1963;
“The Times They Are Changin” y
“Another Side Of Bob Dylan” en 1964;
“Bringing It All Back Home” y
“Highway 61 Revisited” en 1965; y
“Blonde On Blonde” en 1966.
“Blonde On Blonde” fue editado con respaldo de Columbia Records en mayo de 1966, el disco había comenzado a grabarse el año anterior con un considerable número de músicos, entre ellos los miembros de la banda The Hawks, que después pasó a ser The Band –agrupación que le dio un apoyo incondicional a Bob Dylan durante la época en la que su estilo musical mudó del folk al rock-; después de superar varios inconvenientes logísticos, el material fue terminado poco tiempo antes de su edición.
“Blonde On Blonde”, uno de los primeros discos dobles en la historia de la música moderna, fue el tercero álbum editado por Bob Dylan desde su conversión al rock; con ese trabajo reafirmó su decisión por la música rock y country. El disco tuvo excelente acogida por la mayor parte de la crítica musical especializada, que lo consideró como uno de los mejores álbumes de rock de todos los tiempos. Los resultados comerciales fueron importantes: puesto nueve en la lista estadounidense Billboard 200, con certificado de doble disco de platino; y en el Reino Unido quedó en la tercera posición de la lista UK Albums Chart.
Su primera gira mundial Bob Dylan World Tour 1966, arrancó en febrero por Australia y Europa. La pauta establecida fue dividir cada concierto en dos partes: la primera acompañado solo de guitarra acústica y armónica; y la otra, junto a la banda The Hawks, canciones con música eléctrica, su nuevo estilo musical. Ese contraste disgustó a parte del público, que no terminaba de aceptar el cambio dado por el genial cantautor. Sin embargo en junio llegó a Francia, donde su actuación en el teatro Olympia en París, fue catalogada como especularmente brillante y le abrió las puertas del viejo continente. A finales del mes de julio de ese mismo año, un accidente en motocicleta lo alejó de los escenarios internacionales por ocho años; pero no abandonó del todo sus actividades musicales.
A finales de los años sesenta Bob Dylan incursionó en otras actividades artísticas, entre ellas la pintura, creó unos cuadros que algunos críticos calificaron como obras de pintores sin estudio o formación académica: arte ingenuo o naif, pero que causaron un gran impacto entre sus seguidores que los vieron en las reproducciones de las carátulas de algunos discos; fue el caso de la portada del álbum
“Music From Big Pink”, editado por The Band en 1968.
No se sabe con certeza si el accidente sufrido en la moto, ocasionó en Bob Dylan una oportunidad para la introspección y la profundización de su convivencia familiar, pero hay consenso en que después de ese evento comenzó para él una etapa más tranquila y espiritual, en la que se apegó a sus creencias judeocristianas de la época; eso se reflejó en algunos de sus trabajos discográficos, como
“Nashville Skyline” de 1969; y
“New Morning” de 1970.
Hay diversas opiniones críticas que coinciden en que la década de los setenta no fue la mejor en la carrera de Bob Dylan, incluso hay quienes denominan el de 1972 como su año blanco. Sin embargo, esa opinión es discutible si pasamos una rápida revista a su producción musical de esos años, en los que editó, en promedio, un álbum por año; entre ellos, además del ya mencionado
“New Morning”, publicó
“Pat Garrett & Billy The Kid” en 1973, que sirvió como banda sonora de la película del mismo nombre.
“Planet Waves” de 1974, con respaldo de The Band, significó el regreso de Bob Dylan a los escenarios -después del accidente en moto, ocho años antes-, como parte de las actividades de promoción del disco. Algunos críticos opinan que con ese disco Bob Dylan revitalizó su carrera musical.
Al año siguiente editó
“Blood On The Tracks”, disco contentivo de temas que versan sobre una serie de emociones y sentimientos negativos como angustia, ira y soledad, al parecer un reflejo de la situación que el cantautor estaba confrontando por su reciente separación de Sara, su esposa. El álbum tuvo una excelente aceptación de la crítica, que lo calificó como uno de sus mejores trabajos.
“Desire” fue un álbum editado en 1976, con respaldo de Columbia Records, gozó del favor de la crítica y se colocó en el primer puesto de la lista estadounidense Billboard 200 durante cinco semanas; es uno de los álbumes de mayor éxito comercial en la carrera musical de Bob Dylan. En el Reino Unido quedó en el tercer puesto de la lista de discos más vendidos. La RIAA (Recording Industry Association of America) lo galardonó con doble disco de platino por el volumen de ventas; la revista Rolling Stone lo situó en el lugar 174 de la lista de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos. Las canciones de casi todos los álbumes de Bob Dylan son de su autoría, sin embargo, para el disco
“Desire” contó con la colaboración del compositor y director de teatro estadounidense Jacques Levy, para escribir siete temas.
“Street Legal”, editado 1978 con apoyo de Columbia Records, fue un álbum que marcó otro hito en la carrera de Bob Dylan pues fue grabado con una banda musical grande y, por primera vez, con un coro de mujeres. Las letras, con expresiones y citas religiosas más profundas que las anteriores, daban una señal del camino que tomarían sus próximas composiciones. Con ese álbum se acreditó Bob Dylan otro disco de oro por el volumen de ventas en Estados Unidos; sin embargo, a diferencia de sus otros trabajos, no entró en el top ten de la Billboard 200. En Reino Unido el resultado fue mejor: ocupó el segundo lugar en la lista UK Albums Chart, ganando disco de platino por el número de copias vendidas.
En esa década de los setenta Bob Dylan también hizo cine, con interpretaciones para las bandas sonoras de algunas películas y, en menor medida, como actor o director.
El camino espiritual emprendido por Bob Dylan, consecuencia de su conversión al cristianismo, se vio reflejado en tres álbumes editados entre finales de los setenta y principios de la siguiente década, ellos fueron
“Bob Dylan At Budokan” de 1979;
“Saved”, 1980 y
“Shot Of Love” de 1981. Para algunos estudiosos de la música de este genial cantautor, toda su producción musical de la década de los ochenta estuvo influenciada, en mayor o mejor mediada, por esa búsqueda espiritual, religiosa y filosófica dentro del cristianismo. En ese entonces, las letras de sus composiciones se hicieron más densas, espirituales y profundas; y, como era fácil suponer, esas canciones no fueron del gusto del gran público, tampoco para buena parte de la crítica tuvieron aceptación. La popularidad del cantautor bajó considerablemente.
Algunos consideran que esa década de los ochenta fue la más infausta para el cantautor, con sus peores conciertos y sus mayores desaciertos musicales; según esa opinión, el álbum
“Infidels”, editado en 1983, fue “uno de sus pocos discos salvables” de esos diez años. Sin embargo, a finales de los ochenta Bob Dylan editó
“Oh Mercy”, un álbum que fue valorado por la crítica como el regreso del cantautor a las formas musicales, después de varios fracasos comerciales como los que tuvo con
“Knocked Out Loaded”, de 1986; y
“Down In The Groove”, de 1988.
“Oh Mercy” se situó en el número seis en la lista de discos más vendidos de Reino Unido; mientras que en Billboard 200, de Estados Unidos, quedó en el puesto treinta; ganó disco de oro por la RIAA y la BPI (British Phonographic Industry).
Bob Dylan fundó en 1988, junto con George Harrison, Jeff Lynne, Roy Orbison y Tom Petty, la llamada superbanda de rock The Traveling Wilburys; la agrupación estuvo activa solo hasta 1990, durante ese lapso editaron dos álbumes
“Traveling Wilburys Vol. 1” y
“Traveling Wilburys Vol. 3”, con excelente aceptación de público y crítica. El primer disco logró el segundo lugar en la acreditada lista estadounidense Billboard 200; y el otro volumen alcanzó el puesto once.
A partir de ese ensayo, con la superbanda The Traveling Wilburys, a mediados de 1988 Bob Dylan creó la Never Ending Tour. La misma, conocida en español como gira interminable, o gira sin fin, se creó con una estructura fija en sus conciertos y un número estimado en cien fechas por año. Así se ha mantenido hasta el momento de escribir esta reseña, incluye una banda de acompañamiento que cambia en cada lugar, solo permanece un pequeño grupo de músicos: guitarrista, bajista y multiinstrumentista. Antes de los conciertos se revisa el catálogo musical de Bob Dylan, se hacen nuevos arreglos de sus composiciones antiguas y algunas modificaciones, más bien ajustes, de la interpretación vocal respecto del evento anterior.
La producción musical de Bob Dylan durante la década de los noventa fue breve y, salvo excepciones, no fue bien recibida por el público ni por la crítica; álbumes como
“Under The Red Sky” de 1990,
“Good As I Been To You” de 1992; y
“World Gone Wrong” de 1993, tuvieron poco impacto comercial y pésima valoración de la prensa musical especializada. De esos tres trabajos, los dos últimos álbumes fueron un guiño a la música de los tiempos iniciales de la carrera musical del cantante pues contienen solo canciones folk tradicional, interpretadas con guitarra acústica y armónica. Aunque
“World Gone Wrong” ganó en 1995 un Grammy como Mejor Álbum De Folk Tradicional, no tuvo aceptación de público y crítica.
Mejores resultados en esa década obtuvo Bob Dylan con la edición de álbumes recopilatorios o en directo:
“The 30th Anniversary Concert Celebration”, editado en 1993 por Columbia Records, fue un álbum grabado en vivo, con la participación de varios artistas, reunidos en octubre de 1992 durante la celebración de los treinta años de la carrera musical de Bob Dylan en el Madison Square Garden de Nueva York. En general tuvo buena apreciación por la crítica. En 1995 Bob Dylan publicó
“Unplugged”, un disco recopilatorio grabado en directo y sin instrumentos eléctricos; después de varios años resultó el álbum con mayores ventas de la carrera musical del cantautor, ocupó el puesto veintitrés en la lista estadounidense Billboard 200 y el décimo en la lista de discos más vendidos del Reino Unido.
“Time Out Of Mind”, producido por Daniel Lanois con respaldo de Columbia Records, fue un nuevo regreso artístico, en opinión de buena parte de la crítica musical especializada, después de la edición de varios trabajos discográficos con muy bajo nivel comercial; el álbum ganó el premio Grammy como Mejor Disco Del Año, a principios de 1998.
En el transcurso del siglo XXI, Bob Dylan ha continuado con sus actividades artísticas y musicales, con sus giras de conciertos Never Ending Tour; con la edición de discos recopilatorios, presentaciones en televisión, actuaiones en en películas de cine; y hasta se desenvolvió por varios años en un excelente programa de radio. Son ocho títulos los nuevos trabajos discográficos de estos últimos años:
“Love And Theft”, 2001;
“Modern Times”, 2006;
“Together Through Life” y
“Christmas In The Heart”, 2009;
“Tempest” , 2012;
“Shadows In The Night”, 2015;
“Fallen Angels”, 2016; y
“Triplicate” de 2017.
“Love And Theft” salió al mercado el once de septiembre de 2001, fatídico día para la historia de Estados Unidos y del mundo; obviamente fue casual la coincidencia con los ataques terroristas de ese día, todavía más la casualidad de la declaración de Bob Dylan sobre ese trabajo: “un gran álbum que se ocupa de grandes temas”. De nuevo con respaldo de Columbia Records, fue producido por Jack Frost, un seudónimo que utilizó Bob Dylan en esa ocasión. Es valorado por la crítica como sucesión de
“Time Out Of Mind”, por la estructura musical y la narrativa, aunque con más énfasis en el rock and roll y el blues. Tuvo buena aceptación de crítica y público; logró el quinto lugar en la Billboard 200, ganó disco de oro por RIAA y conquistó el Grammy Mejor Álbum De Folk Contemporáneo, en la edición de 2002.
En ese mismo año Bob Dylan recibió varios premios por
“Things Have Changed”, canción de su autoría que interpretó para la película
“The Wonder Boys”, estrenada el año anterior bajo la dirección de Curtis Hanson. Entre los premios recibidos por ese trabajo se mencionan: Premio de la Academia, más conocido como Oscar, a la Mejor Canción Original; el Golden Premio Globo a la Mejor Canción Original; y el Premio Grammy a la Mejor Interpretación Vocal Masculina De Rock.
“Modern Times” fue editado en agosto de 2006, con respaldo de Columbia Records, bajo la producción de Jack Frost, es decir, el mismo famoso y genial cantautor. En general, la crítica especializada fue muy favorable, lo catalogó como una de las obras maestras de Bob Dylan. Unido a sus dos trabajos anteriores, se consideró parte de una trilogía concebida bajo una misma estética lírica y musical. Las críticas adversas también afloraron, dado que algunos arreglos musicales y las citas al poeta estadounidense del siglo XIX Henry Timrod, no fueron mencionados por Bob Dylan en los créditos. Otra crítica adversa salió publicada en The New York Times, donde se calificó al álbum como “una decepción salvajemente sobrevalorada” y el peor disco de Dylan desde
“Self portrait”.
Comercialmente el álbum resultó muy exitoso, casi doscientas mil copias vendidas a la primera semana y más de cuatro millones dos meses después. En cuanto al lugar en las diferentes carteleras musicales, quedó en el primer puesto de la Billboard 200; posición que no ocupada otro disco de Bob Dylan desde treinta años atrás, cuando publicó
“Desire”. El álbum fue número uno en las listas de discos más vendidos de Australia, Canadá, Dinamarca, Irlanda, Noruega, Nueva Zelanda y Suiza; mientras que llegó al segundo puesto en Alemania, Austria y Suecia; y al tercer lugar en el Reino Unido y Países Bajos.
“Modern Times” le prodigó a Bob Dylan dos nuevos premios Grammy: Mejor Álbum De Folk Contemporáneo y Mejor Interpretación Vocal De Rock Solista; este por la canción
“Someday Baby”, incluida en el disco.
En opinión de varios críticos especializados y conocedores del género rock,
“Modern Times” es el último gran álbum del cantautor hasta la fecha; en el que además incluye solo temas de su autoría. Las siguientes ediciones discográficas de este siglo, si bien obtuvieron muy buen resultado comercial y aceptación de la prensa musical, se mantienen dentro de la estética desarrollada por Bob Dylan en sus trabajos del pasado reciente. Además, en la mayoría de los discos desde 2009, muchas de las canciones pertenecen a otros compositores o son versiones de piezas muy conocidas.
En octubre de 2007 salió al mercado
“Dylan”, una colección de tres CD con 51 piezas, escogidas por el público, de las canciones publicadas por Bob Dylan entre 1962 y 2006.
La colección de discos recopilatorios, titulada
“The Bootleg Series”, que se inició en 1991 con respaldo de los sellos discográficos Columbia/Legacy para la edición de tres volúmenes, contentivos de grabaciones desde 1961, en el marco de la celebración de los treinta años de carrera musical de Bob Dylan, ha continuado en el nuevo siglo; durante estos años, siempre con las mencionadas disqueras, se han publicado desde el volumen 5 en 2002, hasta el volumen 15 en 2019.
Un dato curioso sobre el Never Ending Tour está relacionado con sus presentaciones en China, en abril de 2011, porque dio pie a la polémica que el cantautor no hiciera referencia a la situación política de ese país; también a que haya permitido la censura de su lista de canciones por las autoridades chinas. Esta última afirmación fue desmentida por Bob Dylan, quien afirmó que no hubo tal censura al repertorio escogido para esa ocasión; acerca de lo primero, no hizo comentarios.
Es pertinente hacer mención a otras actividades a las que se ha dedicado este genial artista, durante las dos décadas que lleva el siglo XXI; y también a otras piezas artísticas que versan sobre su vida.
Bob Dylan participó en 2003 en la banda sonora de la película
“Anónimos”, de Larry Charles; donde también hizo una breve actuación. Dos años más tarde, el afamado director Martin Scorsese realizó el documental
“No Direction Home”, sobre los primeros años de la carrera musical de Bob Dylan.
“Chronicles Volume One”, su libro autobiográfico, salió en 2004; según la crítica, contribuye a consolidar la legendaria imagen del afamado cantautor. Publicado por la editorial Simon y Schuster en octubre de ese año, el libro no está escrito en secuencia cronológica sino que aborda varias etapas de su trayectoria musical; el resultado de crítica y público fue excelente. Se convirtió en un éxito literario internacional al permanecer diecinueve semanas en la lista de libros de no ficción más vendidos del New York Times. Es probable que un segundo volumen salga a la luz.
En enero de 2006 se estrenó en el Old Globe Theater de San Diego, California, el musical
“The Times They Are A Changin”, inspirado en el álbum homónimo de Bob Dylan, publicado en 1964; en especial por las canciones
“Bob Dylan’s 115th Dream” y
“The Ballad Of Hollis Brown”.
También sobre su vida, en 2007 se estrenó en los cines el filme
“I’m Not There”, dirigido por Todd Haynes; la película, del gusto del Bob Dylan, fue exhibida en el Festival Internacional de Cine de Venecia en agosto de ese año.
Como dato interesante en la vida de Bob Dylan, se menciona el hecho de que en 2007, poco después de asistir a una sinagoga de Atlanta, Estados Unidos, para la celebración del Yom Kippur -período de diez días que en la tradición hebrea es conocido también como día la expiación, del perdón y del arrepentimiento-, expresó públicamente su regreso a la tradición judaica de sus raíces familiares.
En abril de 2009 Bob Dylan transmitió el capítulo final de un programa de radio por satélite, que duró exactamente cien sesiones, conducido y dirigido por él con el nombre de Theme Time Radio Hour. No solo sobre música habló Bob Dylan en ese afamado programa, los temas fueron tan variados como interesantes: desde fumar hasta la política y el humor, por supuesto centrado en la música; incorporó diferentes testimonios sobre la creación musical y enseñó a los escuchas a apreciar mejor cada composición que ponía al aire. Muchas de esas grabaciones pueden conseguirse hoy en día en Internet.
Hay consenso entre los estudiosos de la conducta y la pisque humanas, en que un genio no lo es por su coeficiente intelectual, sino por lo que ha alcanzado a construir con base en esa inteligencia superior. Eso puede aplicarse a Bob Dylan, sin ninguna duda, solo con mirar un resumen de lo que ha conseguido con su trabajo.
Durante toda su trayectoria musical, en cada etapa, desde la acústica, pasando por la eléctrica, la estética con The Band, la aproximación a la música country, la fase de transición y la espiritual, su retorno al rock, hasta los últimos álbumes de blues, ha prevalecido en Bob Dylan la necesidad de una expresión auténtica, sin concesiones, con base en el talento que le es propio.
A lo largo de su carrera, desde 1962 hasta 2017, Bob Dylan ha publicado cerca de cuarenta y cinco álbumes de estudio; otros diez en vivo y un número similar de recopilatorios, sin contar los quince de
“The Bootleg Serie”. En total, se estima en QUININETOS el número de sus composiciones, destacadas por su calidad artística, musical y la poesía de alto vuelo que encierran.
Probablemente sean pocos los poetas y artistas que hayan tenido la oportunidad de ver como su esfuerzo creador, el resultado de sus necesidades expresivas y su propuesta estética, no solo ha llegado al público, también al mercado, sino que igualmente ha sido reconocido por especialistas, conocedores de la materia e instituciones. Con Bob Dylan el destino ha sido más benévolo, desde muy temprano y hasta el pasado reciente ha obtenido un sinnúmero de premios y reconocimientos. Entre ellos se mencionan los siguientes:
Doctor Honoris Causa, por la Universidad de Princeton. Estados Unidos, 1970.
Premios Grammy, en diferentes categorías y ediciones; más de doce desde 1973 hasta 2017.
Comendador De La Orden De Las Artes Y Las Letras Francesas, en 1990. Otorgado por el Ministerio de la Cultura de Francia.
The Grammy Lifetime Achievement Award, 1991. Como reconocimiento a su trayectoria artística.
Premio de la Academia - Oscar, en 2001. Concedido por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas a la Mejor Canción Original.
Globo de Oro, en 2001. Otorgado por la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood a la Mejor Canción Original.
Doctor Honoris Causa en Música. Universidad St Andrews. Escocia, 2004.
Premio Príncipe de Asturias De Las Artes. España, 2007. Según el veredicto del jurado, Bob Dylan es un “Mito viviente en la historia de la música popular y faro de una generación que tuvo el sueño de cambiar el mundo”, que destacó en su trabajo por “la austeridad en las formas y la profundidad en los mensajes”. Vale decir que Bob Dylan no fue a recibir el premio, pero envió una nota de agradecimiento.
Premio Pulitzer, en 2008. “Por su profundo impacto en la música popular y en la cultura norteamericana, marcado por sus composiciones líricas de extraordinario poder poético”.
Medalla Presidencial de la Libertad, en 2012. Asignada bajo la Presidencia de Barack Obama, Estados Unidos.
Premio de la Legión de Honor, en 2013. Máximo galardón otorgado por Francia, entregado por el Ministerio de Cultura.
La nominación a este premio causó polémicas porque un sector de la prensa consideró a Bob Dylan indigno de esa distinción, por su posición pacifista durante la guerra de Vietnam y por el consumo de drogas. Sin embargo, la Ministra de la Cultura, Aurélie Filippetti, al referirse a Bob Dylan lo definió como un poeta rebelde, inspirado “por las más bellas plumas de la disidencia, por el verbo incisivo de quienes son la voz de los que no tienen voz”; para agregar luego: “Cantante de la eterna juventud y del espíritu libre, no pertenecéis a nada ni a nadie. Héroe de una juventud ávida de justicia y de independencia, poeta cuya estética se dirige al corazón de la gente, vuestra voz es un grito de libertad, la señal del poder evocador de las palabras”.
Persona Del Año MusiCares, 2015. Reconocido por la National Academy Of Recording Arts Sciences, por sus contribuciones artísticas y filantrópicas a la sociedad. Los Ángeles, California.
Premio Nobel De Literatura, 2016. Otorgado por la Academia Sueca “por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición de la canción estadounidense”. Bob Dylan, después de varias nominaciones desde 1996, es el primer y único músico en ganar ese premio, hasta la fecha de escribir esta reseña. El cantautor no se presentó a recibir el premio en la ceremonia de entrega, pero envió un mensaje de agradecimiento para ser leído en el evento. En abril del siguiente año le fue entregado en una ceremonia privada Estocolmo, Suecia, cuando pasó por la ciudad para cumplir compromisos musicales.
Ese reconocimiento resultó controversial, porque muchos críticos literarios argumentaron que él no “escribe libros”. El crítico e historiador sueco Horace Engdahl, en nombre de la Academia Sueca, afirmó: …“no debería causar tanta furia que un cantautor merezca el Nobel de literatura. En un pasado lejano, toda la poesía fue cantada o recitada como canto y los poetas eran rapsodas, bardos, trovadores. Lyrics viene de lira. Pero lo que Bob Dylan ha hecho no ha sido volver a los griegos o los provenzales. Se entregó en cuerpo y alma a la música popular americana del siglo XX, la que sonaba en las estaciones de radio y en los discos de gramófono para la gente común, blanca y negra: canciones de protesta, country, blues, rock primitivo, góspel, música comercial. Escuchaba día y noche, probando el material en sus instrumentos, tratando de aprender". Engdahl remató de esta manera:
“A las personas del mundo literario que se quejan, quiero recordarles que los dioses no escriben sino que cantan y bailan”.
Dylan contrajo matrimonio en secreto con la exmodelo Sara Lownds, el 22 de noviembre de 1965. De esa unión nacieron Jesse, Anna, Samuel y Jakob (líder de la banda musical
The Wallflowers). Así resumió Bob Dylan su relación: “No fui un esposo muy bueno, pero creo en el matrimonio. Primero me casé en serio y luego me divorcié en serio”.
Otra relación formal de Bob Dylan, fue su boda con la corista Carolyn Dennis en 1986; con ella estuvo unido hasta 1992, cuando se divorciaron. De ese matrimonio nació su hija Desiree.