⚧ Biografía completo de The Wallflowers
La banda nace en 1990. Tomando parte en el resurgimiento de mediados de los 90’ del rock clásico, Wallflowers contó con la participación de uno de los más inspirados artistas: el vocalista / letrista / guitarrista Jakob Dylan. Aunque es hijo de una leyenda, Bob Dylan, las similtudes de Jakob con su padre son ocasionales, de hecho, Wallflowers está más influido por Tom Petty & the Heartbreakers que por el sonido folk rock de los 60’.
Nacido en 1970, Jakob Dylan se crió en Los Ángeles bajo la tutela de su madre, Sara Lowndes, tras su divorcio con Bob en 1977. Jacob estudió en escuelas privadas de L.A. y Nueva York, y decide seguir los pasos de padre por a finales de los 80’. Forma Wallflowers junto al guitarrista Tobi Miller, el teclista Rami Jaffee, el bajista Barrie Maguire y Peter Yanowitz a la batería, firmando con Virgin. Editado en agosto de 1992, el álbum homónimo y de presentación “Wallflowers” no tuvo grandes ventas, y Virgin pronto rompe el contrato.
Dylan decide reformar Wallflowers, para ello contacta con el guitarrista Michael Ward, el bajista Greg Richling y el baterista Mario Calire y mantiene a Jaffee. El grupo firma por Interscope y graba su segundo álbum bajo la producción de T-Bone Burnett, un amigo de la familia de Dylan. “Bringing Down the Horse” se edita en 1996, y consigue en gran éxito en las emisoras independientes con 6th Avenue Heartache. A finales de 1996, se edita el single One Headlight, y a finales de 1997, consigue llegar a la cima de las listas de ventas, lo que produce un incremento en las ventas de “Bringing Down the Horse”, con lo que el Lp entra también en listas.
“Bringing Down the Horse” sigue vendiéndose a lo largo de todo el 97’, gracias a sencillos como "6th Avenue Heartache", "One Headlight" y "The Difference" que sería el tercer single del disco. A comienzos de 1998, "One Headlight" gana varios Grammys como Mejor Canción de Rock y Mejor Canción Rock para Dúo o Grupo Vocal. Estableciéndose como banda de éxito, Wallflowers decide tomarse cuatro años semisabáticos para grabar lo que sería su siguiente disco.
Con el comienzo del nuevo milenio la creatividad vuelve a chispear, y Wallflowers volvieron en el octubre del 2000 con “Breach”. En este disco Jakob despunta como compositor, letrista y líder de la formación. A priori, no hay grandes diferencias entre este álbum y su antecesor, pero aquí las canciones son más potentes, con sonidos más agudos, y los arreglos son mínimos, pero pensados para que sean inmediatos para el oyente. Andrew Slater y Michael Penn, encargados de la producción, sorprenden con una gran variedad de sonoridades, pero el mérito debe recaer directamente sobre Jakob Dylan y Wallflowers; la banda nunca ha sonado mejor y Dylan nunca ha sido tan convincente como escritor y cantante. El resultado es el más delicado y bien pensado álbum del rock del 2000.