Willie Colón es un cantante, compositor y músico estadounidense de ascendencia puertorriqueña. Nació en Nueva York, Estados Unidos, el 28 de abril de 1950. Considerado como el arquitecto de la salsa, logró popularizar la salsa en Estados Unidos en la década de 1970. Ha trabajado con grandes orquestas como las de:
Tito Puente,
Eddie Palmieri, Charlie Palmieri, Ray Barreto, Machito y
Tito Rodríguez. También está involucrado en la política de la ciudad de Nueva York.
Willie Colón es un artista que plasmó en sus canciones –sobre todo en su sonido fuerte– la conciencia de una generación que exigía el respeto social y que luchó por la vindicación de sus condiciones de vida.
En sus inicios fue censurado por su estilo fuerte y estridente. Hasta llegó a ser acusado de inarmónico por quienes ostentaban la veteranía en el ambiente de la música latina. Cuentan que su apodo de "El Malo" se asoció, en primera instancia, al epíteto con el que se referían a su capacidad interpretativa en el trombón cuando hizo sus primeras apariciones en la grey musical, contando con sólo quince años de edad.
Uno de los momentos más importantes de su carrera es la unión con dos referentes de la salsa. Primero fue su unión con
Héctor Lavoe. Luego le siguió su unión con
Rubén Blades. Entre los éxitos de Willie Colón, están:
"El gran varón", "Idilio", "Gitana", "Juanito alimaña", "Pedro navaja", "Sin poderte hablar" y
"¿Oh qué será?".
Willie Colón, hijo de padres puertorriqueños, nació en el sur del Bronx en la ciudad de Nueva York. Es hijo de Aracelis Colón Román y William Colón. Su pasión musical la derivó de su abuela, quien lo crio arrullándolo con las melodías del cancionero popular puertorriqueño, presentándole la fascinación de los ritmos típicos del país.
Aprendió a tocar la trompeta desde muy joven y luego cambió al trombón, inspirado por el sonido de trombón de
Mon Rivera y Barry Rogers. Pasó algunos veranos en la finca de la hermana de su abuela materna en las afueras de Manatí, Puerto Rico en el camino a la vecina Ciales, Puerto Rico.
Desde su adolescencia supo discernir entre las imágenes y adjetivaciones despectivas que se vertían sobre la comunidad latina y la cruda realidad de los inmigrantes de "La Gran Manzana". Así, pronto convirtió su trabajo artístico en el testimonio social más contundente vestido de sonoridad, con letras memorables que narraron los detalles de las incidencias de la marginalidad, el prejuicio, la pobreza y la miseria.
Desde sus comienzos en la música, la imagen de Willie Colón se asoció a la del chico intrépido, sagaz y temerario que –a la fuerza– se abrió un espacio entre los grandes nombres de la música caribeña, en el complejo mundo del Nueva York de los años sesenta. Ante la mirada atónita de los responsables del sonido latino de esa época, el joven neófito era un "sin nombre", una figura desconocida en los escenarios de la canción popular y, particularmente, un músico de poca monta, extraño, inexperimentado y forastero. A los quince años ya había firmado contrato con Fania Records,
En ese tiempo este joven intrépido se lanzó a las calles a probar su talento, justo en la época de furor de la música latina en Nueva York, donde dominaban Tito Puente, Charlie Palmieri, Eddie Palmieri, Larry Harlow y Ray Barretto, entre otros. En 1967, cuando tenía 17 años de edad, se integró al grupo de artistas que formaban parte de la peña de Jerry Masucci y Johnny Pacheco, que fueron responsables de impulsar el auge del nuevo sello discográfico que cohesionaría la nueva expresión musical latina Fania Records.
Aunque hubo otros músicos de la época que asumieron la misma línea temática, nadie mejor que él supo conjugar en armonías el sentimiento de desgarro y desamparo de la diáspora. "Su música refleja, a la vez, una lírica tradicional rítmica y el llanto de adiós y esperanza de una nueva generación, forzada a abandonar su tierra para congregarse en la urbe estadounidense", comenta el reconocido escritor James Moreno.
El despegue del proyecto musical de Willie Colón se debió, en gran medida, a su junte con el cantante ponceño Héctor Lavoe, quien llegó a él por recomendación del veterano músico Johnny Pacheco, junto a quien creó el binomio más importante de la salsa.
Junto al denominado "Cantante de Cantantes", nombre que le dieron a la unión de Willie Colón y Héctor Lavoe. Elevó su propuesta al máximo renglón de las escenas musicales, sobre todo porque su asertividad al hilvanar un nuevo concepto musical que combinó sus talentos.
Una de las mayores revoluciones de ese entonces fue el sencillo
"El malo", que resultó un éxito. "El malo de aquí soy yo / porque tengo corazón", así terminaba la letra del primer éxito de Héctor Lavoe con Willie Colón. Esta imagen de "malo" los acompañó por más de una década, ayudándoles a crear fama y sirviendo, a la vez, de imagen de identidad del barrio puertorriqueño en Nueva York, creándoles problemas en más de una esquina.
A mediados de los setenta tuvieron que apartarse de esta percepción, porque todo el mundo quería pelear con ellos en los bailes y, obviamente, ni él ni Héctor tenían el físico para respaldarla. Se trataba de una imagen funky que caló, porque la violencia es parte de la cultura caribeña. Fueron muchas las composiciones de Willie Colón que pregonaban la competencia violenta en y por los espacios latinos.
En este tema, que da vida a su primera producción discográfica (1967), se trata de sentar pauta para la carrera de un joven de poco más de quince años en la dura cultura comercial. Colón quería ser fuerte y que los demás le abrieran camino. Singularmente tuvo que buscar un cantante para grabar el número y ahí llegó Lavoe, ¿sumándose o compitiendo por la imagen de malo? Según la canción, en el barrio no hay espacio para dos malos; así que queda sugerido que, al menos en ese inicio, Colón y Lavoe competían por el reinado.
Este binomio no fue sólo imagen. Se trata del grupo que creció con el sello disquero de Fania. La popularización del término salsa para nombrar ese proyecto musical. Este dúo es el más característico del género, porque ninguno de ellos había sido famoso antes, ni había grabado con ninguna gran orquesta.
La competencia, tal vez, se la hizo Larry Harlow, pero más que el pianista de origen judío –quien se mantuvo muy apegado al sonido cubano– el trabajo de Willie Colón se distinguió por su mezcla rítmica de calipso, bomba, plena, guaguancó, bugalú, guajira, mambo y jazz.
Curiosamente, también son reconocidos por su sonido jíbaro. Esto, alegadamente, les facilitó su transición de Nueva York a Puerto Rico. Si echamos un vistazo desde el siglo 21, el viaje parece que fue fácil, pero no podemos olvidar la dificultad que pasaron los puertorriqueños de Nueva York en esos años para ser reconocidos como auténticos boricuas.
Su pasaporte al mercado puertorriqueño lo lograron con el disco
"Asalto navideño" (1971), que contiene volumen uno y dos, con el que el músico "asaltó" la cultura nacional, proclamando la salsa como música típica navideña. Con frases como "aquí traigo la salsa" y "esta Navidad vamos a gozar", los denominados chicos malos acentuaban el desplazamiento de una comunidad y de un género, acercándose a la cultura nacional con un lenguaje parecido al usado para "tomar" las calles neoyorquinas.
Durante los siete años que duró la unión de Willie Colón y Héctor Lavoe, haciendo triunfar al género salsa. La receta del éxito fue trastocar los patrones rítmicos establecidos para marcar el compás del nuevo tiempo de la salsa, armado de composiciones modernas y matizadas por fraseos y frases típicas del campesinado boricua.
En ese entonces, Willie Colón decidió continuar con su carrera musical. El tránsito en la ruta del éxito prosiguió con la unión de Willie Colón y Rubén Blades, cuya gesta trastocó la salsa y mostró la amplia capacidad del género para navegar por temas diversos. Aunque Fania se opuso, en principio, al desarrollo de la propuesta del dueto, atribuyendo dificultad en la venta y difusión de temas que presagiaban monólogos, el resultado fue avasallador en éxitos.
Este junte torció el rumbo del género al presentar un proyecto musical con temas de alto valor social y político, ceñidos en una especie de crónicas del mundo urbano que, con letras de Rubén Blades, logró el éxito más avasallador registrado hasta entonces en la salsa.
Willie Colón se mantuvo al frente de la dirección y la producción de los discos, aunque, por primera ocasión en la carrera del trombonista, incorporó a otro arreglista musical a su grupo de trabajo, Luis Perico Ortiz, siendo éste quien confeccionó el mayor de los logros discográficos de la salsa:
"Pablo ueblo", que vendió 150 mil copias en tiempo récord.
A principios de los ochenta Colón y Blades se separaron. Mucho se ha especulado sobre las razones de la ruptura del binomio, aunque ambos artistas han insistido, por separado, quien los motivos del rompimiento tuvieron que ver con el interés de impulsar sus carreras en solitario, con nuevas ideas y nuevas perspectivas.
Willie Colón muestra en sus canciones las tendencias musicales del mundo anglosajón. Sus canciones son interpretadas en los géneros salsa, jazz, rock, funk, soul y R&B, con la vieja escuela latina del son cubano, el chachachá, el mambo y la guaracha, añadiendo la nostalgia del sonido tradicional puertorriqueño, inscrito en la música jíbara, la bomba y la plena
En ese contexto, la gloria de Willie Colón estribó en su capacidad de elaborar el sonido preciso que identificó el nuevo tiempo rítmico, que en su acepción sociológica significó la representación latina.
Willie Colón tras disolverse de sus juntes, decidió comenzar con su carrera en solitario. Su primer trabajo en solitario fue
"Solo", lanzado a finales de los setenta, que destacó con el tema
"Sin poderte hablar". Este disco fue seguido, a principios de los ochenta, por
"Fantasmas" un disco historia con los éxitos
"Amor verdadero" y
"Oh, ¿Qué será?".
En los noventa se convirtió en el primer interprete latino en formar parte de la directiva nacional de ASCAP (Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores). En ese mismo tiempo fue reconocido como uno de los 100 Hispanos más influyentes en Estados Unidos.
También formó realizó trabajos musicales que fueron utilizados para bandas sonoras de telenovelas. Una de sus trabajos más destacados fue
"Demasiado corazón", que lleva el mismo nombre de la telenovela de TV Azteca. También participó en 30 episodios de esta novela policiaca como el agente de la DEA,
Asimismo, estuvo realizando una serie de presentaciones que fueron un éxito. Entre sus presentaciones está su recital en La Plaza del Zócalo de Ciudad México, México, para celebrar Sábado de Gloria ante más de 100 mil personas. También se encuentra su presentación como estrella principal en la Regatta 2000 de Puerto Rico.
Parte de la historia musical de Willie Colón, quedó plasmada en 2006, cuando se estrenó la película de Héctor Lavoe. La misma cubre sus logros con Colón como el mejor dúo de salsa desde la década de 1960 hasta mediados de la década de los setenta.
La "Asociación Internacional de Trombón" otorgó su Premio a la Trayectoria a Colón. "Willie Colón probablemente haya hecho más que nadie desde Tommy Dorsey para mantener el trombón ante el público. Estilísticamente, son polos opuestos, Dorsey representa un enfoque ultra suave, Colón, según se informa, una aspereza de bordes duros". dijo en su comunicado.
Willie Colón fue nombrado por la revista Billboard como uno de los 30 artistas latinos más influyentes de todos los tiempos. La Sociedad de Honor de Ellis Island otorgó a Willie Colón la Medalla de Honor de Ellis Island, que se entrega anualmente a un grupo selecto de personas. También recibió el “Premio Lunas Del Auditorio de 2018” de El Auditorio Nacional de Ciudad de México.
A lo largo de su carrera ha colaborado con músicos notables como:
Fania All-Stars, Héctor Lavoe, Rubén Blades, David Byrne y
Celia Cruz. El disco más vendido de Willie Colón fue junto a Rubén Blades, titulado
"Siembra".
Willie Colón ha ganado más de trece nominaciones al premio Grammy, quince discos de oro y cinco de platino. Ha logrado destacarse como líder comunitario en luchas a favor de los derechos civiles de los latinos en Estados Unidos. Willie Colón destaca en sus trabajos, además, cierta nostalgia al haber podido construir una sonoridad que, para los boricuas de Nueva York, evocó el mundo campesino y romántico del país que habían dejado atrás.
Willie Colón se encuentra casado con Julia Colón. Junto a su esposa tiene cuatro hijos.
Se ha desarrollado en una voz socio-politica nacionalmente e internacionalmente respetada. También ha sido activista político y se ha postulado como candidato congresional por el Distrito de Nueva York, aunque sin éxito.
Su desempeño social y político siempre ha ido de la mano de su trabajo artístico, por lo que el músico no ha cesado de producir, tocar y cantar.
Willie Colón es multifacético que obtuvo un destacado reconocimiento a nivel mundial. Considerado el encargado de popularizar la salsa en Estados Unidos, además el interprete con el disco de salsa más vendido en la historia, convirtió su trabajo artístico en un testimonio social vestido de sonoridad, cuyas letras narraron las incidencias de la marginalidad, el prejuicio y el desamparo de los inmigrantes.