La salsa es un género musical y un estilo de baile originario de los años 60 y 70 en los barrios latinos de Nueva York. Esta corriente musical es una amalgama de diversos ritmos y estilos, incluyendo el son cubano, el mambo, la guaracha, el cha cha cha y otros ritmos caribeños.
La salsa se caracteriza por su ritmo rápido y alegre, enfatizando la percusión y los metales. Además, destaca por sus letras románticas y políticas, que a menudo abordan temas como el amor, la justicia social y la identidad cultural.
El baile de salsa es un elemento esencial de la cultura salsa, con movimientos rápidos y sensuales ejecutados por parejas. Los bailarines de salsa se visten con trajes coloridos y elegantes, mientras que los hombres a menudo lucen sombreros de vaquero. La salsa se ha convertido en un género popular a nivel mundial, conocido por su capacidad para hacer que la gente baile y eleve su ánimo. Asimismo, ha dado origen a numerosos subgéneros y fusiones que enriquecen aún más la música latina y la cultura del baile.
Rubén Blades es un abogado, político, humanista, cantante, compositor, músico y actor. Nació el 16 de julio de 1948, en el barrio de San Felipe, Ciudad de Panamá, República de Panamá. Lo que catapultó como artista a Rubén Blades fue su trabajo musical junto al trombonista neoyorquino Willie Colón. Siendo la década del 70’s la época propicia para que este panameño irrumpiera en la industria musical. Desde entonces, ya son más de 20 producciones musicales las que ha realizado. Niñez, Juventud y Vida Familiar Rubén Blades creció en una familia en la que el arte siempre fue apreciado. Sus padres fueron Rubén Blades Bosques originario de Santa Marta, Colombia; y Anoland Bellido de Luna, una cubana del pueblo de Regla en la Habana. La música fue una constante en la vida del cantante panameño, ya que su mamá cantaba y tocaba el piano; mientras que su padre, era un hábil percusionista. Además de las melodías que tocaban sus padres, Rubén Blades también fue nutriendo...
En cada barrio hay, por lo menos, un loco.
El del nuestro se llamaba "sebastián".
Lavaba carros y hacía de todo un poco,
Para ganarse el pan.
"sebastian" tenía una novia imaginaria,
Y con ella discutía sin cesar.
Se ataba al cuello una capa hecha de trapos
Y corriendo por las calles lo escuchábamos gritar:
"sebastian, si me quieres conquistar,
Sólo las estrellas bastarán;
Sólo las estrellas bastarán".
En cada loco hay, por lo menos, un sueño.
Ser amado era el ideal de "sebastian"
Con papel, lata, cartón y mucho empeño
Comenzó su plan.
Por amor alucinando, implacable,
Fue creando la más grande super nave espacial,
Para irse con su novia,
"de nuestro barrio de mierda hacia el mundo sideral".
En cada sueño hay, por lo menos, un drama,
Y en angustias se enredaba "sebastian".
Una noche, cuando con el cielo hablaba,
Sobre el horizonte vio una luz cruzar.
Feliz gritó, - "espérame" -
Y lo vi correr lanzándose en el mar,
Tratando aquel destello recobrar,
Porque "sólo las estrellas bastarán;
Sólo las estrellas bastarán!"
Sobre la arena sucia de la playa del mercado
Hay una vaina que parece un proyectil.
De sus alas cuelga una capa de trapos;
De su sombra, una soledad sin fin.
Su novia imaginaria aún lo espera.
En las noches hace guardia, frente al mar.
Nadie la conquistará.
A ninguna otra ilusión se entregará,
Fiel al loco que le dió la eternidad,
Porque sólo las estrellas bastarán.
Sólo las estrellas bastarán:
Sólo las estrellas bastarán!